jueves, 28 de abril de 2011

Las Oportonidades del Villarreal.

Las tuvo. Y claras. Vaya si las tuvo el Villarreal que pudo irse al descanso con algo más que un 0-1. Pero no fue así, y se desinflaron en una segunda parte en la que el Oporto bailó al submarino amarillo y le endosó 5 goles en 45 minutos. Ni más ni menos que una manita en unas Semifinales de la Europa League entre dos equipos que se enfrentaban en lo que muchos consideraban la final anticipada.

El partido empezó frenético, eléctrico. Fútbol preciso y precioso, fútbol del que gusta. Arriba y abajo, los jugadores de ambos equipos iban y venían en un frenesí de espectáculo futbolístico que el espectador agradecía.  El rifi-rafe del inicio por la disputa del balón se decantó pronto en favor de un Villarreal espléndido comandado por el excelso Borja Valero. Juego de tiralíneas que expresaba la perfección en un cóctel de juego horizontal y juego vertical. Era el Oporto el que corría detrás del balón, el que se sentía frágil con la línea defensiva adelantada (detalle del que ambos equipos nos hicieron disfrutar al apostar por el fútbol estético) que el Villarreal aprovechaba a la perfección: Nilmar, Rossi, Cani y Borja. Muchísimas ocasiones, pocas concreciones. Lograba materializar Cani el 0-1 al filo del descanso. Pero había habido demasiado perdón en sus botas.

El Oporto se lo creyó. Ante su afición y ante toda Europa no podían seguir corriendo detrás del balón cuando su juego es la posesión. Salieron como dragones hambrientos, con ganas de vencer sobre el terreno de juego. En la primera acción ofensiva de la segunda parte, penalty cometido por Diego López. Gol. El primero -de Falcao-, 1-1. En el marcador las cosas seguían bien para el Villarreal, pero algo no funcionaba: el Oporto se había crecido. Corrían como nunca, presionaban como nadie, mordían convencidos. Y poco a poco se fueron comiendo a su rival, moral y físicamente. Guarín subía el 2-1 al marcador en el 61'. Falcao el 3-1 en el 67'. El 4-1 en el 75'. Y el 5-1 en el 90'. En un abrir y cerrar de ojos, el dragón azul había engullido al submarino amarillo. Porque Europa castiga a quien perdona. Un perdón que puede valer una Final.


Gerard Caelles, Balón Raso.


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miércoles, 27 de abril de 2011

Lloros de fútbol. Real Madrid 0 - 2 FC Barcelona

Os halagué. Quedé anonadado tras la Final de la Copa del Rey, en la que el Real Madrid hizo gala de un juego espectacular y, a mi modo de ver, brillante. Jugaron a fútbol. Nos miraron a los ojos, nos dijeron que podían y pudieron. Nos vencieron. Pero hoy, señores, hoy; hoy el Real Madrid ha vuelto a mirar al suelo. Ha bajado la mirada de inicio, ha entrado cabizbajo. Derrotado. Y es que hoy el Real Madrid ha jugado como un equipo pequeño.

El Barcelona ha empezado jugando a placer. El Real Madrid no mordía arriba, se replegaba en su terreno de juego 10 metros más atrasado que cómo lo hizo en la Final de la Copa. El Real Madrid criticado por el propio Alfredo Di Stéfano volvió a lucir camiseta en su estadio, delante de su afición; en el Santiago Bernabéu. Y el FC Barcelona castigaba una y otra vez moviendo el balón, quizás no con la fluidez a la que nos tienen acostumbrados, pero sí con la suficiencia. El rondo se apoderaba del Bernabéu, tembloroso ante lo que se podía avecinar. Temblores justificados.

Porque el Real Madrid no reaccionaba. La imagen más trascendental de los primeros 20 minutos quizás sea el bueno de Ronaldo (que ha mejorado su comportamiento de una forma meritoria y merece todos mis respetos) recriminando a sus jugadores la presión. No la había y así no se le puede jugar al Barça. Sin embargo, el rondo no era suficiente. El Barcelona sí generaba ocasiones de gol, pero ni claras ni suficientes. El Real Madrid tiraba de contraataques con un Di María que ha superado a Alves una y otra vez y de apariciones puntuales de un Ronaldo que se desesperaba. Terminaba la primera parte con 0-0.

En la segunda parte los blancos se armaban. Cuchillo en boca, salieron a presionar la salida del balón del FC Barcelona, con problemas en el inicio. Pero a poco que pasaron los minutos, que Busquets dejó de cometer errores (mal en líneas generales durante el partido) y que Xavi se hacía con el control del balón, el rondo se agigantaba. Más y más grande. Infinito para el Real Madrid, que se perdía en su estadio tras la expulsión de Pepe: entrada a la altura de la tibia propia de una naranja. La expulsión es rigurosa. Y no quiero justificarla, porque no entraré a juzgarlo; pero Pepe lo merece. Porque no puedes jugar así al fútbol.

La expulsión de Pepe exageró aún más las diferencias. El Barcelona ahora tocaba y tocaba a placer. Jugaba su fútbol y como una apisonadora pasaba por encima de un Real Madrid superado, que veía como en una internada de Afellay, que había entrado por Pedro, Messi subía el 0-1 al marcador. El Bernabéu enmudecía y la culerada se volvía loca. No yo; el Real Madrid ya nos castigó en la Liga. Había que ser prudentes, y el Barça lo fue. Habían aprendido la lección. No podíamos especular. No íbamos a quedarnos tocando el balón en nuestro campo sin darle profundidad. No íbamos a permitírnoslo y el equipo nos quería dar una respuesta. Aquests no fallen, dijo Pep un día. He aquí la respuesta; he aquí su respuesta.

Porque no nos han fallado. Un Messi soberbio, sublime, superlativo y superior la cogía en el centro del campo, en terreno de juego rival. El balón estaba en sus pies. Era la hora. Su hora. El momento que había estado esperando toda la vida. Ni un sólo gol había marcado con Pep en las Semifinales disputadas hasta ahora. Ya llevaba uno. ¿Por qué no dos? Mira al frente. Alonso, Lass, Ramos, Albiol. Le siguen con la mirada, no pueden con las piernas. Se planta en la frontal con una marabunta de jugadores blancos detrás suyo. Pánico en el Bernabéu. Messi para el tiempo y congela al mundo entero con un sutil toque adelantado para entrar en el área de Casillas. Dos blancos más le siguen, le presionan. Pero a él le da igual; él es el mejor y no iba a dejar de serlo en el momento más importante de su carrera. Levanta la cabeza y mira a los ojos a Casillas. Vigila tu palo largo, Íker, le dice con picardía. Demasiado tarde. El balón, llorando, se cuela en las mallas de la portería. Messi se vuelve loco. Puyol se vuelve loco. Pep se vuelve loco. Los barcelonistas se vuelven locos. Yo me vuelvo loco. Entro en trance. Me brotan las lágrimas; lloro. Lloro de alegría, de felicidad. Lloro de fútbol.




Gerard Caelles, Balón Raso.


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martes, 26 de abril de 2011

Neuer say neuer?

No esta vez. Ya no. El cuento de la cenicienta ha terminado, aunque aún quede por disputarse la vuelta de las Semifinales de la Liga de Campeones en Old Trafford. Y es que precisamente porque la vuelta es en Manchester, podemos decir que ya tenemos finalista: el Manchester United, equipo que ha perdido jugadores importantes estas últimas temporadas (Ronaldo y Tévez), está virtualmente clasificado para disputar la Final de la Liga de Campeones 2010 - 2011.

El partido sólo ha tenido un color, el rojo. Los red devils se han impuesto en un juego en el que no suelen personalizarse, el dominio del balón y el control del partido. Se han hecho con el cuero y no lo han soltado hasta que el árbitro ha señalado el final del partido disputado en el Veltins-Arena de Alemania. Y, paradójicamente, el equipo que se ha mostrado más eficaz a lo largo de toda la temporada en todas las competiciones, hoy ha acusado el dominio del balón y ha carecido de tal eficacia de cara a la portería: eran constantes los ataques sobre el portero alemán Neuer y, sin embargo, los goles no subían al marcador. El alemán se estaba marcando un partidazo y el Schalke 04 seguía vivo gracias a él.

Neuer, no obstante, no pudo ser suficiente. De hecho, no puede serlo ante un United que dispuso de muchos más recursos que el rival para hacerse con el partido. El Schalke 04 tenía muchos problemas en defensa - los huecos aprovechados por Chicharito, desacertado; Rooney, activo, y Giggs, legendario, eran debidos mayormente a errores en la zaga alemana - y sufría en la creación, que además no nutria de balones a Raúl y a Edu. Los ingleses se encontraban muy cómodos sobre el terreno de juego - apenas pasaron apuros - y cuando Giggs (sí, señores, leen bien: Ryan Joseph Wilson Giggs, de 37 años) anotó el 0-1 para los red devils en el 67', la fe alemana se desvaneció. Sólo dos minutos después, Rooney anotaba el segundo de la noche para subir el 0-2 al marcador y llevar al Manchester United a su segunda final en tres años. 




Gerard Caelles, Balón Raso.


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La Batalla de las Termópilas

La Batalla de las Termópilas, dada durante el año 480 a.C. entre las tropas griegas lideradas por Esparta (unos 7.000 hombres) y el Imperio persa de Jerjes I (unos 300.000), es uno de los ejemplos que mejor dan a entender que las victorias atienden más a la razón y al pensamiento que a cualquier otro factor que pueda influir en ellas. La estrategia y el control de la situación mediante la reflexión por encima de la fuerza bruta puramente física y desproporcionada. Librada la batalla en las Termópilas y no en campo abierto, es decir, donde Esparta tenía alguna posibilidad de cumplir con su objetivo, el potencial ofensivo de Jerjes se veía mermado debido a la topografía del terreno: Esparta resistió para asestar el golpe definitivo en la batalla de Platea, que puso fin a la invasión persa.

Pep Guardiola no ha sabido librar su propia Batalla de las Termópilas: no se ha dado el tiempo necesario para la reflexión. Ha caído en el uso de la fuerza bruta irracional y desproporcionada, y eso le ha llevado al error. Se ha equivocado. Y es que Mourinho se sabe superior en el entorno mediático (como Jerjes en el numérico), que controla, y su constante presión ha tenido el efecto deseado: el ataque frontal de Pep. Por un perro que maté mataperros me llamaron, que dice el refranero popular. Y es que no vamos a equivocarnos nosotros: la máscara que muchos le presuponen a Guardiola no ha caído porque no existe; nada que ver tienen las constantes referencias de Mourinho a las actuaciones arbitrales (él lo tacha de incapacidad para controlar la frustración, que de ser cierto sólo puede llevarme a la conclusión que vive frustrado, pues sus quejas son continuas) con las puntuales referencias de Pep Guardiola, pero esta diferencia no quita para considerar el error cometido.

La primera batalla, la de las Termópilas, la mediática, tiene vencedor. Jerjes fue incapaz de arrastrar a los espartanos a luchar a campo abierto, porque los espartanos sabían que, de hacerlo, no iban  a tener ninguna posibilidad. Mourinho, en cambio, ha sido capaz de hacer entrar a Pep en la batalla mediática, donde el catalán no ha tenido opción alguna. Ha caído a las primeras de cambio. Pero la guerra aún no ha terminado. Del mismo modo que Esparta y Jerjes tuvieron que verse las caras en la Batalla de Platea, Pep Guardiola y José Mourinho tendrán que vérselas en el terreno de juego.




Gerard Caelles, Balón Raso.


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lunes, 25 de abril de 2011

Leyendas del Fútbol V: Ryan Giggs



Un 29 de noviembre de 1973, en Cardiff, llegaba al mundo la que iba a ser una de las mayores leyendas del fútbol británico y del Manchester United: Ryan Joseph Willson Giggs. El entonces pequeño jugador galés llegó a jugar en la Escuela de Excelencia del Manchester City en la que estuvo del 1985 al 1987, año en el que fichó por el Manchester United: el 29 de noviembre de 1987, día en que Giggs cumplía 14 años, Sir Alex Ferguson se plantó en su casa y le planteó la posibilidad de jugar con los pequeños del United, ofreciéndole la oportunidad de debutar profesionalmente al cabo de tres años.

Y no mintió Ferguson, pues el 29 de noviembre de 1990 Giggs se convertía en jugador profesional. El debut oficial de Ryan Giggs vistiendo la elástica de los red devils se produjo un 2 de marzo de 1991 en Old Trafford, ante el Everton. En su primer partido como titular, el 4 de mayo de 1991, el extremo zurdo marcaba su primer gol con el United contra el eterno rival de la ciudad, el Manchester City. Giggs fue combinando su presencia en el primer equipo con su presencia en las categorías inferiores del United, siendo el primero de los llamados "Fergie's Fledglings", un grupo de jugadores jóvenes del Manchester United que progresaron hasta el primer equipo de la mano de Sir Alex Ferguson, entre los que se incluían David Beckham, Gary Neville, Paul Scholes o el mismo Ryan. Jugadores de alta escuela.

Parecerá mentira, pero exactamente el 2 de marzo de 2011 se cumplieron 20 años del debut del habilidoso extremo zurdo Ryan Giggs como jugador del Manchester United. Veinte años en los que Giggs ha disputado 864 encuentros -la friolera de 43 partidos por temporada- anotando 158 goles. Y si los registros de Giggs parecen inalcanzables, qué decir de su brillante palmarés: 11 Premier Leagues, 4 FA Cups, 4 Carling Cups, 8 FA Community Shield, 2 Champions League, 1 Supercopa de Europa, 1 Copa Intercontinental y 1 Mundial de Clubes. Especial mención para "The Treble" logrado la temporada 1998-1999 tras la conquista de la Premier League, la FA Cup y la Champions League, en la Final más dramática que se le recuerda a este deporte en la que el United remontaba, en los 3 minutos de tiempo añadido, un 0-1 en contra al Bayern de Munich para imponerse por 2-1. Internacionalmente Giggs debutó con la selección de Gales el 1991 jugando un total de 64 partidos con su selección y retirándose el 30 de mayo de 2007.

Destacó en sus inicios por ser un jugador sumamente habilidoso con el balón, con un guante en su zurda. Poseía una velocidad y rapidez endiabladas y de ello se servía para ser un constante puñal por la banda izquierda, jugando en la posición de extremo zurdo. Además de ser rápido era ágil y técnico, y lograba llegar a la meta rival con cierta asiduidad. Era capaz de regatear hacia afuera buscando el centro o hacia dentro para buscar el disparo, y se ofrecía como alternativa ofensiva en una banda zurda que siempre dominó en sus años de mayor plenitud física. Aún así, la más destacada de las virtudes de Ryan siempre ha estado en su cabeza: es un jugador muy inteligente. Y es que no hay otra forma de explicar su prolongada carrera profesional en un club de la élite europea como el Manchester United, en el que el nivel de exigencia es extremadamente alto. De hecho, ha sido esa inteligencia la que ha llevado a Giggs a mejorar año tras año y a adaptarse a sus condiciones físicas: cuando perdió velocidad, rapidez y agilidad y las exigencias de la banda no le permitieron rendir al máximo, se adaptó a la nueva situación ganando en visión del juego y en la capacidad para mover el cuero a su antojo, pudiendo jugar como centrocampista de banda o como mediapunta, posiciones que ocupa hoy día en el equipo de Ferguson. Y es que Giggs sigue deleitándonos con su exquisito fútbol en cada partido demostrando por qué nunca nadie pudo disputarle, al capitán, el "11" que lleva en la espalda.

Ryan Joseph Willson Giggs nunca fue la estrella de su equipo. Éric Cantona, David Beckham y Cristiano Ronaldo, los "7" del United, siempre fueron los líderes visibles de un equipo en el que llevar el "7" siempre ha sido sinónimo de referente. La grandeza de Ryan Giggs, eterno "11", reside precisamente en ese hecho: nunca llevó el "7", pero el equipo siempre le miraba a él cuando los partidos se complicaban y había que remontar eliminatorias. Giggs fue, es y sigue siendo el líder en la sombra de un equipo en el que su influencia es fundamental y su presencia tranquilizadora. El líder en la sombra de un equipo al que él nunca abandonará. Uno de esos jugadores de club -de los que hay pocos- que nacen con estrella, y que a pesar de no haber tenido nunca la opción de luchar por distinciones individuales como el Balón de Oro, siempre ha sido visto por el mundo del fútbol como la verdadera alma de uno de los mejores equipos europeos de las últimas décadasHe was the boy who played like a man and now he is the man who plays like a boy.

Ryan Joseph Willson Giggs, corazón y alma del United, leyenda viva del fútbol.




Gerard Caelles, Balón Raso.


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domingo, 24 de abril de 2011

La Catedral de los sueños.

Hoy se han ganado el derecho a soñar, en La Catedral. Porque sueñan. Sueñan los leones con volver a su reino, con volver a Europa; con ganarse el enorme privilegio de poder disputar la Europa League la temporada que viene; con poder brindar a sus aficionados el premio que tanto merecen. Lucha, entrega y garra definen por sí solas qué es el Athletic de Bilbao, un club particularmente especial en el que se practica el otro fútbol.

El duelo se ha saldado con la victoria del Athletic de Bilbao, que se impuso por 2-1 a la Real Sociedad. Fue un partido de muchos registros, en los que empezaron los leones imponiendo su estilo gracias a los goles de Muniain y Toquero - ambos cortesía de Llorente. Sólo dos minutos después, iba a ser la Real Sociedad la que anotara su tanto gracias a un gol en propia meta de Javi Martínez. A partir de aquí, apariciones de Griezmann - menudo jugadorazo - por la izquierda y de Xabi Prieto por la derecha por parte de la Real, que poco a poco se hacía con la posibilidad de empatar el partido, y carreras de Muniain y de Toquero por parte del Athletic. Fútbol en estado puro.

Y es que esta noche lucía en San Mamés una pancarta que decía que no sólo existen los clásicos entre el Real Madrid y el FC Barcelona, que hay más fútbol. Y la confirmación a esta pancarta la veríamos plasmada sobre el terreno de juego después de que Fernández Borbalán, árbitro del encuentro, dictaminara el inicio del mismo. El Athletic de Bilbao contra la Real Sociedad: la magia hecha fútbol. Sobran las palabras para describir un partido que fue todo intensidad. Fútbol vertical pero físico, rápido pero preciso, contundente pero sin ser tosco. Un fútbol sin complejos entre dos equipos que obviaron sus posiciones en la tabla para ofrecernos una buena dosis de espectáculo.




Gerard Caelles, Balón Raso.


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jueves, 21 de abril de 2011

Vivir luchando; Morir matando.

Morir matando. Así es como ha perdido el FC Barcelona esta noche ante un grandísimo rival, el Real Madrid. Es ahora, cuando tu equipo ha perdido, cuando uno debe demostrar, ante todo, que es un buen deportista. Que sabe reconocer a su equipo en la victoria, como también en la derrota, pero que también sabe reconocerle el mérito al rival que te ha vencido. Y justamente. Así que, madridistas, muchísimas felicidades. Disfrutad del título; lo merecéis. 

Primera parte del Real Madrid. No hay discusión alguna. El dispositivo táctico de Mourinho, similar en filosofía al que impuso en la ida de las Semifinales de la Liga de Campeones 2009-2010 en el Giuseppe Meazza con el Internazionale, ha sido muy bueno en los primeros 45 minutos. Tan bueno, que el Barça no sabía qué hacer con el balón. A diferencia del partido de Liga, los errores cometidos por los azulgrana no han sido gratuitos, sino debidos al buen posicionamiento táctico de los blancos, que han sabido anular el juego asociativo y horizontal de un equipo cuyas líneas estaban demasiado separadas: si normalmente juega en 30 o 40 metros de terreno de juego, la primera parte lo hizo en 50-60 metros. El Real Madrid jugó a las mil maravillas, y no lo hizo encerrado con dos líneas de 4 en su área; robaba en zona de creación y, hoy sí, podía salir al contraataque mediante Özil y las dos flechas blancas: Ronaldo y Di María. De hecho, pudo meter tres goles el Real Madrid: dos por parte de Ronaldo, en las que está demasiado lento, y uno por parte de Pepe, cuyo magnífico remate de cabeza toca en el poste, a la altura de la escuadra.

El partido, sin embargo, no iba a seguir así. El FC Barcelona retomó el control de la situación en la segunda parte y empezó a jugar como sabe: asociándose en horizontal, buscando la profundidad en vertical. Los segundos 45' fueron de un dominio apabullante y abrumador de un FC Barcelona que tocaba y tocaba con sentido, encontrando huecos en la telaraña que Mourinho había diseñado y que poco a poco iba cediendo ante la presión constante de los 11 azulgrana que había sobre el campo. Pero la suerte no siempre te sonríe, aún cuando tiene ocasiones para hacerlo. Y es que si por algo es bonito el fútbol es por la magia que atesora: parece mentira, pero si no marcas, no ganas. Y marcar fue, precisamente, lo que le faltó en esta segunda parte al FC Barcelona, que no logró materializar ninguna ocasión.

Nos íbamos a la prórroga. El cansancio en los jugadores del Real Madrid era palpable, probablemente físicamente más tocados que los jugadores del FC Barcelona. Pero señores, Xavi también estaba cansado. Y este pequeño grandísimo jugador, que merece no una, sino mil ovaciones cada vez que pisa el balón por la cátedra que sienta en cada uno de sus giros, hace lo que nunca hace: perder un balón. ¡Xavi!, grito. Demasiado tarde. El balón le llega a Di María tras una pared con Marcelo. El argentino, con un gran partido en sus espaldas, centra. Balón al área. Y ahí está el bicho, Cristiano Ronaldo. Iba a perdonar una ocasión. Hasta dos. Pero no la tercera: cabezazo certero y el 0-1 sube al marcador. El barcelonismo se echaba las manos a la cabeza, no creyendo lo que veían sus ojos; el madridismo, exultante, celebraba un gol que les llevaba en volandas a la conquista de la Copa del Rey ante el eterno rival. Merecidamente, el Real Madrid se alzaba con el título.

Es duro ser aficionado del equipo que pierde en estos momentos. Pero también es bonito, porque se es en la victoria y en la derrota - como si de un matrimonio se tratara. Se era cuando el Barcelona ganó el Triplete y se es cuando el Barcelona pierde ante el Real Madrid un título que queríamos en nuestras manos. Pero pese a todo, hoy he vibrado con mi equipo, al que he visto caer. Porque hemos caído, pero con la cabeza muy alta. Siendo fieles a un estilo y a una filosofía que, otra vez como si de un matrimonio se tratara, hay que defender a las duras y a las maduras. Y hoy que se ha perdido, hay que estar más que nunca con un equipo que nunca nos ha abandonado, al que no abandonaremos nosotros ahora. Un equipo que merece, más que nunca, el cariño de la afición. Hoy toca decir, a mucha honra, ¡Visca el Barça!


Gerard Caelles, Balón Raso.


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martes, 19 de abril de 2011

Mañana nos vamos de copas.

A medida que pasan los días, nervios a flor de piel. Tensión palpable en el ambiente. No es para menos: se jugó el primer partido en el que todos ganaron, pero mañana se juega un partido en el que sólo habrá un vencedor. La Final de la Copa del Rey ya ha llegado y promete ser dramática.

Desde el punto de vista futbolístico, no se esperan grandes cambios aunque sí detalles sustanciales que podrán decantar el partido hacia uno u otro lado. El fondo del partido será el mismo que el del anterior: el FC Barcelona buscará jugar el balón horizontalmente para generar espacios en la basculación del rival, mientras que el Real Madrid intentará cortar la telaraña culé, siempre conservando su posicionamiento táctico, imprescindible para evitar males mayores.

Durante el Real Madrid 1 - 1 FC Barcelona, el Real Madrid salió con un trivote formado por Pepe - Khedira - Alonso y con Di María - Benzemá - Ronaldo de tripleta atacante. Como comenté, un equipo roto en el que Alonso nunca fue suficiente para la transición. El FC Barcelona, por su parte, formó con el clásico 4-3-3 con muy pocas o cero variaciones en la formación, sin querer sorprender al rival. El partido de mañana, sin embargo, intuyo no será igual, para nada, en ese sentido.

El Real Madrid acude con la baja obligada de Albiol. Y con el pensar que en la ida Benzemá estuvo muy desaparecido, porque nunca pudo codearse con Puyol y Piqué. El equipo roto no le funcionó, y creo que introducirá una pequeña pero destacada sustitución: Özil por el francés. Pierde la referencia ofensiva, pero gana el eje ejecutor de su juego: el contraataque. Atrás, muchas opciones: si Lass llega a tiempo, quizás Pepe retrase su posición para formar junto a Carvalho. También puede suceder que Ramos se vaya al centro, Pepe siga en la medular y Arbeloa actúe como lateral derecho, con Marcelo por la izquierda. Pero en líneas generales, veremos a un Madrid que será mucho más efectivo en el contraataque tras el robo. 

---------------- Casillas ---------------
Arbeloa - Ramos - Carvalho - Marcelo
----------- Khedira -- Pepe -----------
---------------- Alonso ---------------
----------------- Özil -----------------
Di María ---------------------- Ronaldo

El FC Barcelona llega, otra vez, con la duda de Puyol. Con título de por medio, muy probablemente formará en la zaga junto a Piqué. No habrá muchos cambios en el 11 inicial del FC Barcelona, aunque Pinto jugará. Por su parte, dudo que Pep encuentre un hueco para Mascherano, pues Busquets sigue siendo mejor a nivel creativo y será necesario para imprimirle velocidad al cuero. Sin embargo, sí creo que veremos ciertas modificaciones en la alineación que no vimos en la ida: empezará con el 4-3-3 para transformarlo en un 3-5-2 cuando el equipo ataque y volver al 4-3-3 cuando defienda. 

------------------ Pinto ----------------
----- Piqué --- Busquets --- Puyol -----
Alves -------------------------- Adriano
------------- Xavi --- Iniesta -----------
----------------- Messi -----------------
Pedro ----------------------------- Villa

Pero no dejan de ser palabras vacías. Elucubraciones que pueden no tener nada que ver con lo que se verá mañana en el terreno de juego. Simples aproximaciones que pretenden acercarnos un poco más a aquello que quizás, y sólo quizás, veremos mañana. Pero todo incierto. La única certeza es que mañana, en la medianoche, unos habrán ganado y otros habrán perdido. Así que, ante todo, seamos responsables. Aceptemos la victoria y/o la derrota. No caigamos en la facilidad de acusar a otros, al resto de nuestros males y demos la mano como buenos deportistas al vencedor de una Final que, gane quien la gane, tendrá un digno y merecido vencedor. Que se hable de fútbol la mañana del jueves será la mejor de las noticias. Y aún quedarán dos más.


Gerard Caelles, Balón Raso.


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domingo, 17 de abril de 2011

Real Madrid 1 - 1 FC Barcelona.

Primer partido, y nadie golpea primero. El primero de los clásicos se ha presentado como un partido esperado: el Barça salía a dominar el balón y el Real Madrid a esperar en su campo, pero sin encerrarse, para salir al contraataque. 

Me ha sorprendido la alineación de Pepe en la medular. Me equivoqué: ha sido el mejor del Real Madrid y ha sido capaz de contener en gran parte el juego horizontal del FC Barcelona. En contra, la amarilla que ha merecido le habría condicionado la forma de jugar, tosca. Y la alineación del Real Madrid también sorprendía: Özil se quedaba en el banquillo. Declaración de intenciones de Mourinho: el equipo iba a jugar roto, eso es, al pelotazo; no había más opción. El FC Barcelona sorprendía con Puyol pero formaba con el clásico 4-3-3. Querían el balón.

El partido se resume de la siguiente forma: la primera parte culé, la segunda parte madridista. Toda la primera parte fue el Barcelona el que llevó la iniciativa, aunque la llevara mal. Los primeros 45 minutos el dominio fue claro, pero infructuoso. Los blancos esperaban y se aprovechaban de los errores en la creación (hoy Busquets estuvo espeso). En la segunda parte, albiolada: penalty, expulsión (clara) y gol de Messi. 0-1 y nervios en el Bernabéu. Pero cuando más tenía que tener el balón el FC Barcelona, menos lo tuvo: un Real Madrid con 10 empezó a generar todo el peligro que no había generado con 11, y empezaba a creerse la posibilidad de empatar el partido.

La clave fue la entrada de Özil por Benzemá: el Real Madrid nunca había necesitado una referencia (Benzemá estuvo desaparecido) y, en cambio, sí necesitaba alguien que aportara la profundidad que Alonso, desde su propio campo, no podía. Muy merecidamente, el Real Madrid marcaba el gol del empate a falta de 8 minutos para el final en un penalty cometido por Alves. Y Muñiz Fernández, desafortunado en líneas generales a lo largo del partido, pitaba el final de un encuentro que terminaba en empate a 1.

El Real Madrid por fin consigue romper la dinámica ganadora del FC Barcelona en los clásicos y puede suponer un golpe moral para el equipo. Por otro lado, sigue a 8 puntos, que son muchos, y el average en contra. El FC Barcelona, por su parte, consigue 1 punto valioso de un campo complicado tras no haber hecho un buen partido, y mantiene la distancia con el eterno rival. El Real Madrid, no obstante, no ha podido (jugaba en casa y con la necesidad de ganar) contra un Barcelona que hoy ha jugado mal (me recordó al 0-2 del Bernabéu la temporada pasada), y que muy posiblemente no jugará mal los 3 partidos que les restan. 

PD1. Inteligente decisión (y legítima) la de dejar crecer la hierba. 
PD2. El pelotazo de Messi es completamente innecesario.
PD3. Paradójico que Pepe cuestione el estado mental de un jugador.
PD4. ¿Árbitros? Se gane, se pierda o se empate, nunca debe recurrir uno a los árbitros para justificar un resultado. Hoy no creo que hablen de Villarato.


Gerard Caelles, Balón Raso.


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viernes, 15 de abril de 2011

La clave no es Messi.

Viernes, 15 de Abril. 18.46 horas. Quedan 27 horas y 14 minutos para que dé comienzo el primer clásico de los cuatro que nos esperan en estas poco más de 2 semanas de fútbol. El clásico de las importancias relativas, el muy importante a la vez que poco trascendente. Y es que nadie se pone de acuerdo, pero lo que está claro es que un profesional nunca tira partidos. Y José Mourinho y Pep Guardiola son, ante todo, profesionales.

Profesionales que saben de fútbol, un deporte de equipo. Estos días asistiremos, probablemente, a la constante de ¿cómo parar a Messi? que siempre se pronuncia antes de partidos de tal calibre. Se habló de la posibilidad de que jugara Pepe como pivote actuando como perro de presa del argentino. Nada más lejos de la realidad: Mourinho no dispondrá a un jugador a perseguir durante todo el partido al astro argentino, porque esa no es la solución. Porque, al fin y al cabo, no se puede cubrir a Messi. A día de hoy se le ve tanto de interior, como de mediapunta, como de extremo, como de punta referencia. Y ante tal movilidad es imposible asignarle una marca individual:  pierdes a un jugador y no te aseguras de que el rival pierda al suyo (Messi). Y si no lo pierde, ya estás en inferioridad.

Las claves de este tipo de encuentros, dicen, se encuentran en los pequeños detalles. Sin embargo, los pequeños detalles no sólo (permítame, querida RAE) son las individualidades, que en ciertos momentos pueden ser decisivas, sino el equipo; el conjunto: la presión del equipo, la basculación del equipo, las coberturas del equipo. Si uno falla, el engranaje no funciona; pero que uno acierte no garantiza que lo hagan todos. Y para ganar todos deben acertar. Hay muchas formas de jugar al fútbol y, por tanto, muchas formas de parar a los azulgrana. Una vez más, la clave será lo que ambos equipos harán tanto con el balón como sin él.

En la ida, el Real Madrid no salió a jugar abiertamente al fútbol. No fue esa mi impresión, porque de querer haberlo hecho habrían empezado por presionar arriba, cosa que no hicieron: si no robas el balón no puedes jugarlo, y no lo robas si no presionas - así que no esperes jugar el balón sin presionar. El gran problema que tuvo el Real Madrid fue que el FC Barcelona no cometió un sólo error en la transición. Ni uno. Nunca había visto un partido tan perfecto de los azulgrana, y fue esa perfección la que imposibilitó a los blancos: si no se pierden balones en la zona de creación y éstos están constantemente en pies de Xavi e Iniesta, el Real Madrid no sale al contraataque. Y si no sale al contraataque y no tiene el balón, sólo puede hacer una cosa: defenderse. Y, claro, sólo defendiéndote es difícil marcar goles. 

Pero la perfección no es común. El Barça cometerá errores, y el Real Madrid deberá aprovecharlos. Porque, como todos damos por supuesto, Xavi e Iniesta tendrán el balón. Será el FC Barcelona el que lleve la iniciativa y domine la posesión, ante lo que se pueden hacer fundamentalmente tres cosas. 

La primera, salir a presionar y a morder arriba. Lo hizo el Almería en el partido que se disputó en el Camp Nou esta temporada, y todos los goles del FC Barcelona llegaron tras superar la presión adelantada, casi al contraataque. A los 30 minutos el partido estaba finiquitado y el Almería muerto por el esfuerzo. 

La segunda, encerrarse atrás. Le sirvió al Internazionale de Milano del propio Mourinho en las Semifinales de la Liga de Campeones 2009 - 2010, aunque para perder por 1-0. El entramado defensivo fue tácticamente brillante. A mí me gustó apreciar tal perfección defensiva, aunque me desesperó por ser culé. No obstante, de estos partidos el FC Barcelona gana 99 de cada 100 (el perdido, contra el Rubin Kazan en el Camp Nou) porque al final la pelotita acaba entrando. 

La tercera, el juego posicional. Jugar en tu campo pero sin defender en tu área; presionar en la creación pero sin morder al portero. Lo que hizo el Internazionale de Mourinho en el Giuseppe Meazza (3-1), el Hércules en el Camp Nou (0-2), el Valencia en Mestalla (0-1) o el Villarreal en El Madrigal (0-1), aunque todos lo hicieran a su modo. Les funcionó, o al menos pudieron evitar la avalancha de juego que suele desplegar el equipo de Pep Guardiola.

Mourinho y Pep Guardiola son más que conscientes de cuál es la situación. Ambos saben perfectamente cómo deben jugar para hacerle daño al rival: son dos de los mejores entrenadores del planeta, con el permiso de otros grandes como Sir Alex Ferguson. Pero ellos no juegan, ellos sólo planean, sólo explican, sólo transmiten. Aunque no sea poco y sea muy influyente, el que sea decisivo lo marcan los jugadores. Si éstos son capaces de entender qué quiere el entrenador, ganarán. Sólo, y sólo si el conjunto es capaz de interpretar a la perfección aquello que su entrenador tiene en la cabeza, vencerán. Ronaldo y Messi, Messi y Ronaldo; ellos son decisivos, pero nunca son la clave. Porque la clave son los veintidós.


Gerard Caelles, Balón Raso.


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jueves, 14 de abril de 2011

Consolidaciones e irrupciones: 1/4 Final Champions League 2010 - 2011

Ayer y anteayer, noches de fútbol que enfrentaron a ocho equipos en la máxima competición continental, la Champions League. El Shakthar Donetsk y el FC Barcelona, en el Donbass Arena, y el Manchester United y el Chelsea FC, en Old Trafford, anteayer; el Tottenham Hotspurs y el Real Madrid, en White Hart Lane, y el Schalke 04 y el Internazionale de Milano, en el Veltins-Arena, ayer. Cuatro partidos para que los cuatro mejores equipos del momento se hicieran un hueco en las Semifinales de la competición soñada por muchos y lograda por pocos.

En el Donbass Arena, el Shakhtar salía en tromba. Dominó durante los primeros 15 minutos de partido con un control total y absoluto del mismo, jugando en terreno de juego rival y obligando al FC Barcelona a algo que no está acostumbrado, a defenderse persiguiendo el balón, y a algo que ya nos tiene acostumbrados, a los constantes lucimientos de Valdés - a mi juicio, el portero más infravalorado entre los mejores, y para mí el mejor portero del mundo actualmente. Sin embargo, el dominio del Shakhtar no se tradució en goles, de modo que a medida que el encuentro fue madurando, el FC Barcelona se sintió más cómodo. Y casi sin darnos cuenta, eran los azulgrana los que habían pasado a dominar el encuentro y a gestionar el tempo de un partido que iba a terminar con el resultado de 0-1: gol de Messi, que supera los 47 que marcó la temporada pasada y pulveriza el récord de Ronaldo Luís Nazário da Lima, y primera victoria fuera de casa de Pep Guardiola en una eliminatoria europea desde que entrena al equipo. La eliminatoria quedaba sentenciada en un 6-1 global en detrimento de un Shakhtar que demostró mucho más de lo que reflejaba el marcador. Y un Barça que por cuarta vez consecutiva - y se dice pronto - se planta en unas Semifinales de la Liga de Campeones.

Paralelamente y a la misma hora, se jugaba el partido en Old Trafford, El Teatro de los Sueños. No en vano recibe ese nombre, pues jugar contra el Manchester United en su casa es todo un privilegio, y el Chelsea gozaba de tal privilegio esa noche. Una muy mala noche para los blues y para un equipo que empieza a terminar el ciclo que empezó hace 8 años. Los red devils nunca dominaron el encuentro de forma apabullante, pero tampoco lo necesitaron. Han perdido a jugadores importantes últimamente como Cristiano Ronaldo y Tévez, pero Sir Alex Ferguson siempre ha sabido dar con la tecla. Y volvió a hacerlo ayer. Que se la pasen a Giggs, un jugador que promete. El chaval sólo tiene 37 años. Ayer volvió a destacar con dos asistencias de gol a sus compañeros, Chicharito y Park, para que auparan al United a las Semifinales de la Champions - una vez más. Por parte del Chelsea, malas sensaciones: ni Essien, ni Lampard, ni Malouda son los mismos. Tampoco Anelka. El único, Drogba, que increíblemente se quedó en el banquillo en favor de Torres (uf, ...) y que salió en la segunda parte para meter el único gol de su equipo. 2-1 en Old-Trafford, un global de 3-1 para el United y dos polos completamente opuestos: los blues, que ven cómo se termina el sueño europeo de un equipo que siempre mereció la Orejuda, y los red devils, que siguen reafirmándose año tras año en la cumbre de los mejores equipos europeos. Junto al FC Barcelona, el mejor equipo del mundo de estos últimos años de fútbol.

El partido disputado en White Hart Lane entre el Tottenham y el Real Madrid dejó claras dos cosas: la primera, que cuando no estás bien posicionado en el terreno de juego, el rival se te come; la segunda, que no puedes pasearte por Europa con un portero como Gomes y un mediocentro como Huddlestone. El primero errático. El segundo, lento, impreciso e incapaz. El Real Madrid salió y se encontró comodísimo: el Tottenham no mordía arriba, aunque tampoco esperaba atrás. Pretendieron posicionarse bien sobre el terreno de juego para robar y salir, pero no lo hicieron bien: Adebayor, Ozil y Ronaldo recibían con suma facilidad entre líneas, y en una de esas podría haber llegado el gol en la primera parte. El Tottenham también las tuvo por parte de Gareth Bale, el galés, pero les faltó suerte y precisión. Muchas pérdidas de balón en zona de creación y muchas dificultades para jugar el cuero - ayer Modric no apareció. Los blancos jugaban con la ventaja del marcador y supieron gestionar un partido que se acabaron llevando por el resultado de 0-1. La eliminatoria terminaba con un 5-0 en el global, quizás demasiado castigo para un Tottenham que mostró menos de lo que realmente es. Y el Real Madrid que después de muchos años lograba llegar a unas Semifinales de la Liga de Campeones, competición que durante tantos años les había negado su presencia. 

A la vez, en el Veltins-Arena, el actual campeón de Europa quería demostrar que los milagros ocurren, y que eso era lo que había sucedido con el 2-5 que le había endosado el Schalke en la ida. Pero no. Del Inter campeón parece que sólo queden los nombres, porque defensivamente los italianos son tan frágiles como una muñeca de porcelana: en su día el Bayern les podría haber metido 10 en el global de la eliminatoria en los Octavos de Final, pero perdonaron. Sin embargo, ayer el fútbol no les iba a perdonar: 7-3 para el global en una eliminatoria que sólo estuvo en las manos del Inter los primeros 30 segundos de partido, tras el gol de Stankovic. El Schalke, la cenicienta de los Cuartos - y sigo pensando que lo era y que lo es - se ha plantado en las Semifinales de la Liga de Campeones de la mano de un Raúl inconmensurable: si de picar piedra se trata, él es el mejor. Muchos lo dábamos por muerto en Alemania, y él se ha encargado de cerrar bocas. ¿Raúl selección? Quizás sea ahora el momento de darle el homenaje, porque futbolísticamente merece el puesto. Y lo dice un aficionado al fútbol que siempre estuvo con Luis Aragonés en este aspecto.

Los cruces de Semifinales prometen ser apasionantes. Por un lado, Real Madrid - FC Barcelona (para un total de cuatro clásicos en 18 días) en el que se jugará la ida en el Bernabéu y la vuelta en el Camp Nou. Por otro lado, Manchester United - Schalke 04, que se verán las caras para un puesto en la Final. A mi juicio, el Real Madrid lo tiene harto complicado a doble partido contra el FC Barcelona, y aunque ahora ya no hay equipos fáciles, el Manchester United no debería tener problemas para imponerse al Schalke 04 de Raúl. O, al menos, esos son los resultados que deseo. ¿Una reedición de la Final 2008 - 2009? Sería bonito. Pero no voy a negar que una Final Real Madrid - Schalke 04 no fuera a ser más que atractiva...


Gerard Caelles, Balón Raso.


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sábado, 9 de abril de 2011

El discurso. La falsa humildad.

En La República de Platón, éste describe un espacio cavernoso, oscuro y ofuscado en el que un grupo de hombres, prisioneros, toman por la verdad meras sombras reflejadas en la única pared que sus ojos alcanzan a vislumbrar. Explica el filósofo que si en algún caso uno de estos hombres pudiera escapar y salir de la cueva para apreciar la realidad exterior, de querer volver para liberar a sus compañeros - explicándoles que lo que ven es un mero reflejo de lo que realmente es el conocimiento y la verdad -, éstos se burlarían de él e intentarían matarlo, tarde o temprano, cuando tuvieran oportunidad: él es el ciego cegado - valga la redundancia - por la luminosidad del Sol.

Indistas, relañistas y ronceristas son, metaforizando, el vivo reflejo de los prisioneros sólo dispuestos a aceptar aquello que el mundo "periodístico" en cuestión les sirve en bandeja de plata, y empecinados en negar por activa y por pasiva, así como en atentar, por lo civil o lo criminal, contra todo aquello que, cierto o no - pues a ellos poco les preocupa ser prisioneros cavernarios -, pueda contradecir la opinión de sus carceleros. Uno de estos ataques indiscriminados contra el que, paradójicamente, fuera definido como el filósofo, que además mea colonia, consiste en asediar la coraza de la supuesta falsa humildad que reina en el aura de Pep Guardiola: una actitud cínica (¿?) y arrogante (¿?) a la vez que soberbia (¿?), y, sobre todo, alejada de aquello que realmente quiere aparentar (¿?).

Un discurso - el del máximo respeto al rival - que volvió a servir como foco incendiario por parte de los cavernarios después del partido europeo (5-1 contra el Shakhtar) y en la previa del partido contra el Almería (colista de la Liga BBVA): ¿Cómo podía tener Guardiola la indecencia de darle opciones al Almería en el partido que iba a disputarse en el Camp Nou? La única verdad era que el FC Barcelona, 1º y líder, iba a ganar cómodamente y sin ningún tipo de dificultad al Almeria, 20º y colista, y que cualquier objeción a esta fundamentada (¿?) afirmación era digna de ser propia de un alter ego del falso humilde Guardiola. 

Pero nunca será suficiente. Los prisioneros cavernarios nunca entenderán que pueda haber algo más allá de aquello que atisban a contemplar en la única pared a la que tienen acceso visual, y, tarde o temprano, repetirán la acometida contra las palabras de el filósofo que, experimentado en la realidad exterior de la cueva y consciente de las verdades existentes en tal realidad, volverá a reiterar, cuando así lo requiera la ocasión, que nada es tan fácil como parece. Que esto es fútbol, y que en el fútbol todo puede pasar.


Gerard Caelles, Balón Raso.


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viernes, 8 de abril de 2011

Tengo un tractor amarillo, que es lo que se lleva ahora.

Tengo un tractor amarillo, que es lo que se lleva ahora. Tengo un tractor amarillo, porque ye la última moda, cantaba Zapato Veloz. Pero no es precisamente un tractor amarillo lo que hemos visto hoy sobre el césped de El Madrigal, sino la exhibición europea de una máquina de hacer fútbol que ha triturado a su rival sin compasión alguna. Que ha certificado virtualmente su pase a las Semifinales de la Europa League con un resultado tan abultado como merecido; con un 5-1 que refleja el poder futbolístico de un equipo que quiere volver a la élite europea por la puerta grande: siendo campeón de la Europa League y clasificándose para la Liga de Campeones.

El rival era el Twente holandés, equipo sin mucho nombre pero que lleva unos años en las posiciones cabeceras de la Liga Holandesa (4a posición en las temporada 2006 - 2007 y 2007 - 2008, 2ª posición en la temporada 2008 - 2009 y 1ª posición en la temporada 2009 - 2010 y en la actual 2010 - 2011, aún sin terminar). Y los holandeses, de hecho, pusieron en muchos aprietos a los pupilos de Garrido en los primeros minutos de un partido que los amarillos no lograban controlar. El Villarreal se ha tenido que limitar a defender su portería para contrarrestar las acometidas del Twente, que ha vivido hasta que Borja Valero, Cazorla y compañía se han hecho con el control del cuero.

A partir de ese mismo momento, el guión del partido cambió radicalmente. El Villarreal pasó a dominar el encuentro con claridad, generando ocasiones de gol a mansalva y jugando en terreno de juego rival para encerrar a los holandeses en su propia área. Así llegaría el primer gol, marcado por Marchena a la salida de un córner en el minuto 22. Y el segundo, obra de Borja Valero en un mano a mano con el portero tras una buena combinación del cuadro de Garrido en el minuto 43. Y dos minutos después el Twente volvía a acusar su desequilibrio sobre el terreno de juego para conceder el tercero que marcaría Nilmar de cabeza después de un error monumental de la defensa holandesa. 3-0 y al descanso.

La segunda parte iba a ser más de lo mismo. Dominio inapelable de un Villarreal que no se conformaba con el resultado y que quería dejar aún más sentenciada la eliminatoria. El cuarto, un golazo de Rossi que llegaba en el minuto 55 y el quinto llegaría a  diez minutos para el final, en el 80', obra de Nilmar. El Twente marcaría el gol del honor en el minuto 90', que sin embargo no les arregla mucho la eliminatoria; el Twente deberá ganar por más de 4 goles de diferencia -siempre y cuando el Villarreal no marque 2 goles o más, en cuyo caso deberían ser 5- para pasar a Semifinales. El resultado de 5-1 es inmejorable para los amarillos.

Quisiera terminar destacando el éxito de este pedazo de equipo que nunca ha mirado más allá de sus posibilidades pero que siempre se ha visto muy capaz de hacerse un hueco entre los grandes de Europa, como ya se lo hizo en la temporada 2005 - 2006 después de alcanzar las Semifinales de la Liga de Campeones. Juegan al fútbol. Se dejan de historias y se contentan con hacer rodar el balón sobre el terreno de juego buscando la portería rival. Han buscado y encontrado un estilo propio que les está llevando en volandas hacia lo más alto del mundo del fútbol. El estilo del tocar, del ser protagonistas, del ir a buscar al rival en su área, del vencer el partido a través del dominio y no de la especulación. El estilo de los delicatessen Borja Valero, Cazorla, Cani, Rossi y Nilmar, pero también el de los experimentados Marchena, Diego López y Capdevila. El estilo de una plantilla de 27 jugadores que quiere seguir haciendo historia.




Gerard Caelles, Balón Raso.


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jueves, 7 de abril de 2011

Mano engañosa. Champions de sorpresas.

FC Barcelona 5 - 1 Shakhtar Donetsk.

Noche de goles, muchos goles. El FC Barcelona le ha endosado una manita -y ya van unas cuantas- al Shaktar Donetsk en el partido correspondiente a la ida de los Cuartos de Final de la Champions League 2010 - 2011. El resultado final ha sido de 5-1 en un partido en el que el marcador ha reflejado un resultado mucho más abultado de lo que realmente ha sido el partido.

Ha sorprendido el Shaktar por lo que se venía hablando, pues no se ha encerrado. Su intención desde el inicio siempre fue jugar el balón y la consigna muy clara: buscar la espalda de los centrales. Y durante toda la primera parte el FC Barcelona ha sufrido demasiado en esa faceta del juego. Piqué y Busquets volvían a ser castigados por los rivales con balones incómodos a sus espaldas, aprovechando su relativa lentitud; Mascherano andaba completamente perdido tanto en la contención como en la creación del juego, y Keita no podía hacer de un Iniesta que volvía a jugar, para mi gusto, demasiado lejos de la zona de creación. En definitiva, una primera parte mal gestionada por el FC Barcelona, en la que el Shaktar podría haber marcado 2 goles tranquilamente, que sin embargo ha sabido aprovechar sus ocasiones, de ser eficaz. Terminaba el primer tiempo con 2-0.

En la segunda parte, el Shaktar no cambió absolutamente nada. Siguió buscando salir con el balón controlado y volvió a mandar balones a la espalda de los dos centrales, que en esta segunda parte iban a solventar mejor el papel que les tocaba desarrollar. Por su parte, Mascherano se entonaba en el corte y la anticipación y Keita se dejaba ver en lo que terminaría siendo un muy buen partido del malí. Xavi escondía el balón y dominaba el juego a su antojo -mucho mejor que en la primera parte- y un Iniesta superlativo, el mejor del partido, volvía a tomar las riendas de su juego para imprimir esos cambios de ritmo que tanto matan al rival en medio de las largas posesiones del equipo. Arriba Messi aportaba mucho más de lo que iban a reflejar sus no-goles y Villa, que volvía a quedarse sin marcar, suplía la falta de goles con el juego de espaldas que permitía la llega de los laterales y los jugadores de la segunda línea. Piqué marcaba un gol de córner, asignatura siempre pendiente, y 4 minutos después el Shaktar marcaba su gol a balón parado. Un minuto se apoderó el temor del Camp Nou, lo que tardó Keita en fusilar la escuadra de los ucranianos para firmar el cuarto gol de una noche que terminaría con el quinto gol de Xavi.

A modo de reflexión personal, el FC Barcelona no ha jugado un gran partido. Sólo en ciertos intervalos de tiempo de la segunda parte se vio al Barça combinativo, paciente y eléctrico que hace madurar el partido a la vez que hace circular el balón a una velocidad endiablada. Añadir que no ha marcado ningún delantero: el primero de Iniesta, interior; el segundo de Alves, lateral derecho; el tercero de Piqué, central diestro; el cuarto de Keita, interior, y el quinto de Xavi, también interior. La nota negativa es que los delanteros no están acertados; la positiva, que aún no estando acertados hay equipo suficiente para suplir sus puntuales deficiencias. 

Dos aspectos más a destacar del partido. El primero, las pérdidas de balón en zona de creación por parte de Mascherano, Busquets y Alves mayormente. No pueden repetirse, porque hoy le hemos concedido ocasiones suficientes al Shaktar como para que los ucranianos marcaran 2 goles en la primera parte. Se podrían haber puesto por delante en el marcador, y habría sido letal. La suerte no te sonríe cada día. El segundo aspecto a destacar, el nivel que está mostrando Víctor Valdés: juega de portero a la vez que de central, porque con la defensa Piqué - Busquets, lenta, debe cuidarse de los balones al espacio para evitar situaciones de uno contra uno. Y lo está haciendo a la perfección. No sólo para balones, sino que evita contraataques. Y empieza distribuyendo el juego. Gana partidos, decide eliminatorias. Hoy lo ha vuelto a hacer.

Aún estamos en Cuartos de Final. No nos engañemos pensando que jugaremos las Semifinales contra el Real Madrid, porque la vuelta en Ucrania hay que jugarla. Hoy el Shaktar ha demostrado que es un muy buen equipo capaz de hacernos sufrir, y en su campo con su afición no se van a amilanar. Debemos ser cautelosos y prudentes, amén de ser conscientes de que estamos en Europa y que un pequeño detalle, por muy supuestamente sentenciada que lleves la eliminatoria, puede dejarte fuera. Así que partido a partido. Como decimos en Catalunya, mica a mica s'omple la pica.


Chelsea FC 0 - 1 Manchester United

Por su parte, el Chelsea FC ha perdido en Stamford Bridge contra el Manchester United de Rooney - esto con Mourinho no pasaba. La eliminatoria se le pone francamente bien a los reds, aunque el Chelsea sea muy capaz de ganar en Old Trafford y de pasar la eliminatoria. Torres por su parte sigue sin ver puerta, mientras Rooney se despierta en el tramo final y decisivo de la temporada. Quizás Torres se ha estado reservando para Old Trafford; quién sabe. De buen seguro que los blues olvidarían sus malos números si fuera capaz de eliminar al United en su casa y plantar al equipo en las Semifinales de la Champions League. 


Internazionale Milano 2 - 5 Schalke 04

En uno de los dos partidos disputados ayer noche saltó la mayor de las sorpresas. Probablemente uno de los resultados menos esperados de los últimos años en competición europea. Y es que la cenicienta de los Cuartos de Final, el Schalke, un flan defensivamente hablando y muy limitado -a priori- en el aspecto ofensivo, le endosó 5 goles al actual campeón de la máxima competición continental. ¡Y en el Giuseppe Meazza! El Internazionale se adelantó prematuramente en el partido, y todo indicaba que la evidencia se iba a cumplir: mero trámite para los italianos y eliminatoria sentenciada a su favor en la ida. Nada más lejos de la realidad: el Schalke igualaba dos veces el marcador para terminar remontando -y, por qué no, sentenciando- una eliminatoria que se les ha puesto muy de cara a los mineros. Raúl González Blanco, un histórico de nuestra Liga y de la propia Champions League, contribuía con el gol que culminaba la remontada de los alemanes. Quien apostara por los alemanes se habrá hecho de oro...


Real Madrid 4 - 0 Tottenham Hotspurs

Por su parte, el Real Madrid dejaba muy encarrilada su eliminatoria contra los Spurs con un 4-0 condicionado por la merecida expulsión de un Crouch al que se le cruzaron los cables. En ningún momento dieron la sensación de poder remontar el partido los ingleses, que sólo pudieron intentar evitar una sangría que podría haber sido mayor. Me sorprendió el resultado porque no esperaba que el Real Madrid fuera a ganar con tanta superioridad en la ida, y muy probablemente la vuelta en White Hart Lane sea sólo un mero trámite -aunque debe jugarse, pues los ingleses en su campo siempre son peligrosísimos. Un regalo para los ojos el golazo de Ángel Di María (qué pena que tenga tanta tendencia a tirarse a la piscina, porque es un pedazo de jugador) y una tomadura de pelo que jugara Kaká: silbidos en el Bernabéu para uno de los fiascos más sonados que han pasado jamás por Concha Espina.


Gerard Caelles, Balón Raso.


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sábado, 2 de abril de 2011

Ironías del destino.

El día 2 de Abril de 2011 el destino le tenía preparado un amargo final a José Mourinho. A las 18 horas de la tarde del sábado se enfrentaban en el Santiago Bernabéu el Real Madrid y el Sporting de Gijón. Un partido sin mucha relevancia teórica a juzgar por los hechos y por las estadísticas: el 2º clasificado de la Liga con 73 puntos contra el 15º clasificado con 32 puntos; Mourinho, ganador de todo lo habido y por haber, contra Preciado, humilde entrenador querido por el pueblo; el Real Madrid, con 14 victorias en 14 partidos jugados en casa a una media de más de 3 goles a favor y de menos de 0,5 en contra por partido, contra el Sporting de Gijón, con 9 puntos de 42 posibles fuera de casa. David contra Goliath. El Sporting contra el Madrid.

Pero vaya si ha terminado siendo relevante. Y nadie lo esperaba. Quizás por eso sea tan bonito el fútbol: porque las estadísticas siempre se acaban rompiendo. Y esta tarde iban a romperse con una victoria del Sporting de Gijón en el feudo madridista que deja muy tocados a los blancos de cara a la disputa del título liguero, a la espera del resultado que ofrezca el partido que enfrentará al Villarreal contra el FC Barcelona. El Real Madrid, con numerosas bajas (Alonso, Ronaldo y Benzemá), ha sido un quiero y no puedo. Ha dominado el partido pero no ha aprovechado las ocasiones, y el Sporting ha marcado en el único disparo entre los tres palos que había hecho hasta el momento. 0-1 y los nervios se apoderaban de un Bernabéu atemorizado. Los blancos se abalanzaron sobre la portería rival cuál avalancha, pero esta vez no fue suficiente. Esta vez iban a perder el partido, y ni la épica ni Juanito iban a poder hacer nada para evitarlo. 

¿Recuerdan estas declaraciones?


Se avecinaba tormenta, tempestad. Declaraciones cruzadas, palabrería. Mourinho en su terreno preferido, el de la provocación y las ruedas de prensa. Se cruzaron en la jornada 11 en el Molinón, partido en el que venció el Real Madrid de Mourinho por 0-1. Nadie pensaba que esta tarda iba a sonar la campana de tal modo habiendo perdido la oportunidad de vencer en su casa. Absolutamente nadie creía que el Real Madrid fuese a perder, ni siquiera empatar, un partido en casa jugándose la Liga. Y mucho menos con Mourinho como entrenador; llevaba 9 años sin conocer la derrota en casa habiendo pasado por el Oporto, el Chelsea, el Internazionale de Milano y el Real Madrid ahora. Pero hoy era el día. Hoy, Manolo Preciado iba a romper la racha de 150 partidos sin perder en casa de José Mourinho.

Y es que si algún entrenador de todos los habidos y por haber en el mundo del fútbol merece tal alegría, ese no es otro que Manolo Preciado. Se puede dudar de muchas cosas, pero no de la profesionalidad de un señor que lleva años entrenando en el fútbol español; de un señor que siempre ha dejado huella allá donde ha ido; de un señor que si hay algo que nunca va a hacer es no darlo todo para ganar un partido. Ironías del destino, el que otrora fuese criticado por Mourinho le ha dedicado hoy su triunfo más dulce. Manolo Preciado ha puesto la cabeza de Mourinho a disposición del eterno rival de los blancos, el FC Barcelona. Y ha sido él y no otro el que le ha dado la lección de humildad a un grandísimo entrenador, pero a un mal deportista - por maleducado, entre otras cosas. Ya lo dice el refranero español: a cada cerdo le llega su San Martín. Y hoy, señores; hoy era el día de Mourinho.




Gerard Caelles, Balón Raso.


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