martes, 26 de abril de 2011

La Batalla de las Termópilas

La Batalla de las Termópilas, dada durante el año 480 a.C. entre las tropas griegas lideradas por Esparta (unos 7.000 hombres) y el Imperio persa de Jerjes I (unos 300.000), es uno de los ejemplos que mejor dan a entender que las victorias atienden más a la razón y al pensamiento que a cualquier otro factor que pueda influir en ellas. La estrategia y el control de la situación mediante la reflexión por encima de la fuerza bruta puramente física y desproporcionada. Librada la batalla en las Termópilas y no en campo abierto, es decir, donde Esparta tenía alguna posibilidad de cumplir con su objetivo, el potencial ofensivo de Jerjes se veía mermado debido a la topografía del terreno: Esparta resistió para asestar el golpe definitivo en la batalla de Platea, que puso fin a la invasión persa.

Pep Guardiola no ha sabido librar su propia Batalla de las Termópilas: no se ha dado el tiempo necesario para la reflexión. Ha caído en el uso de la fuerza bruta irracional y desproporcionada, y eso le ha llevado al error. Se ha equivocado. Y es que Mourinho se sabe superior en el entorno mediático (como Jerjes en el numérico), que controla, y su constante presión ha tenido el efecto deseado: el ataque frontal de Pep. Por un perro que maté mataperros me llamaron, que dice el refranero popular. Y es que no vamos a equivocarnos nosotros: la máscara que muchos le presuponen a Guardiola no ha caído porque no existe; nada que ver tienen las constantes referencias de Mourinho a las actuaciones arbitrales (él lo tacha de incapacidad para controlar la frustración, que de ser cierto sólo puede llevarme a la conclusión que vive frustrado, pues sus quejas son continuas) con las puntuales referencias de Pep Guardiola, pero esta diferencia no quita para considerar el error cometido.

La primera batalla, la de las Termópilas, la mediática, tiene vencedor. Jerjes fue incapaz de arrastrar a los espartanos a luchar a campo abierto, porque los espartanos sabían que, de hacerlo, no iban  a tener ninguna posibilidad. Mourinho, en cambio, ha sido capaz de hacer entrar a Pep en la batalla mediática, donde el catalán no ha tenido opción alguna. Ha caído a las primeras de cambio. Pero la guerra aún no ha terminado. Del mismo modo que Esparta y Jerjes tuvieron que verse las caras en la Batalla de Platea, Pep Guardiola y José Mourinho tendrán que vérselas en el terreno de juego.




Gerard Caelles, Balón Raso.


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5 comentarios:

  1. Bonus: Guardiola, con un tono inusual por lo contundente, ha corregido y rectificado. "Como no sé, no voy a jugar este partido (el mediático)".

    Cierto componente de decepción con Mourinho en sus palabras. Salvando las distancias porque hoy no ha habido un ataque por parte de Pep, me recuerda al rifi-rafe Mourinho - Preciado.

    Todos sabemos cómo acabó.

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  2. Lamentable lo que intenta difundir este bloguero.
    La batalla fue en la final de la copa, donde guardiola critica una decisión correcta, aparte de perder la batalla en el campo la perdió dialécticamente.

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  3. A mi modo de ver, hay CUATRO batallas y una guerra. En cada una de las batallas, dos más: mediática y futbolística.

    Y de aquí y leyendo un poco, uno puede entender qué es lo que trato de decir.

    ¡Gracias por comentar y saludos!

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  4. yo lo q veo son a los dos mejores equipos del mundo con los dos mejores entrenadores del mundo dando todos todo de si para intentar tener un poco mas de ventaja sobre el rival y poder ganarle,a mi modo de ver es bonito y algo q no se volvera a ver
    saludos

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  5. Bien Leónidas, pero me parece humano que Guardiola haya explotado ante los ataques de un impresentable como Mourinho. No todo vale para conseguir un objetivo en esta vida, y eso debería aprenderlo de una vez. La imagen que ha dado y da el portugués al Real Madrid es lamentable. No me imagino qué hubiese pasado con Pellegrini si hubiese dicho una décima parte de lo que dice Mourinho en cada rueda de prensa.

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